Ya hemos hablado de las implicancias de un descanso pobre y de la higiene del sueño. Hoy te dejamos algunos consejos más profundos para ganarle la batalla al insomnio de nuestros adolescentes.
Conocida como la falta de sueño a la hora de dormir, pueden manifestarse de diferentes maneras y por diversas causas. Tengamos en cuenta que el insomnio puede no tener que ver con “acostarse tarde”.
Un joven puede acostarse tarde, tener sueño y así todo no poder conciliar. Puede despertarse numerosas veces durante la noche o incluso mucho antes de los deseado, y en estos casos (si es que se prolongan en el tiempo) también estaríamos hablando de insomnio. Sin importar sus orígenes o formas: la privación del sueño es un asunto a tener en cuenta.
Es sabido que una de las principales causas del insomnio tienen que ver con una higiene de sueño inadecuada. En el caso de los jóvenes, el consumo de cafeína, bebidas energéticas, la desorganización de horarios, el estrés familiar, la mala alimentación, son factores que afectan negativamente al sueño del adolescente.
La importancia del sueño en los adolescentes ya ha sido desarrollada. Entendemos sus implicancias, riesgos y complicaciones. Ahora ¿Cómo lo solucionamos? ¿Qué podemos hacer para que nuestros jóvenes puedan descansar mejor?
Cuando el insomnio dificulta o impide el desempeño diario y diurno, una consulta con el médico puede ser el mejor camino. Existen centros específicos para investigar y tratar trastornos del sueño. Algunos estudios quizás puedan esclarecer las causas y proponer tratamientos o técnicas especiales necesarios para poder dormir mejor.
Muchos de estos no resultan para nada invasivos y pueden traer luz sobre el asunto. Quizás estas medidas médicas pueden incluso descubrir algún otro problema físico que tenga al insomnio como síntoma. Es importante tener a mano, si es posible, información sobre la salud propia y de miembros familiares directos para saber si existe algún antecedente familiar de insomnio o trastornos de sueño.
De ser necesario, el médico podría necesitar hacer una derivación para encarar un tratamiento con algún tipo de medicación específica. No hay nada que temer. Mientras un profesional competente realice un seguimiento del tratamiento, el consumo de fármacos prescritos no deberían asustarnos.
También puede ocurrir que el médico “recete” alguna medicación de venta libre. Cual y como sea, mientras esté controlado por buenos especialistas y pediatras, podemos estar tranquilos de que la medida irá en pos una consumición mínima eficaz, y del bienestar y el incremento de la calidad de vida de nuestros hijos.
La realidad es que ya sea preventivamente o ya existiendo el insomnio como problema, la familia debe tomar medidas que pueden parecer exigentes en un principio. Aparte de una consulta médica en casos necesarios, reforzar los hábitos de higiene de sueño en casa puede resultar efectivo.
Quizás suene un poco fuerte restringir los horarios de sueño, de despertar, cuidar las comidas o privar de pantallas. Pero si entendemos las complicaciones que puede traer la falta de descanso, entendemos que tal de de forma temporal, estos cambios en el estilo de vida pueden llegar a ser necesarios.
No nos olvidemos de conversar con nuestros adolescentes. No obremos sin explicarles, guiarlos, afirmarlos y estar para ellos. Que ellos entiendan las implicaciones de la falta de sueño es vital en el proceso para vencer el insomnio y ganar calidad de vida.
¿ALGUNA VEZ TE HAS PREGUNTADO SI ERES FELIZ?
Muchos de nosotros pensamos que ser feliz no siempre depende de uno mismo y de lo cual no tenemos control, y más durante la adolescencia, que es la etapa de nuestra vida donde aún nos estamos encontrando a nosotros mismos y cuando sufrimos más cambios, tanto físicos como mentales.
Pero estamos equivocados… La decisión de ser feliz depende en gran medida de nosotros mismos. Nuestra actitud frente a la vida y los hábitos que tengamos en nuestro día a día pueden definir nuestro grado de felicidad.
Te damos 6 pautas que, según este artículo de divulgación en el que ha colaborado Albert Majó Ricart, psiquiatra en el Centro Médico Teknon, te pueden ayudar a encontrar el camino hacia esa deseada felicidad.
LA CONVIVENCIA CON TUS PADRES
La adolescencia es una etapa en la que se quiere explorar y descubrir cosas nuevas por sí mismos, pero es muy importante conservar la comunicación con los padres y seguir haciendo vida en familia. Ellos te ayudarán siempre que tengas algún problema o inquietud.
LOS HORARIOS Y RUTINAS
Es recomendable que tengas unos hábitos y horarios para el estudio, para las tareas domésticas, la higiene, el tiempo de ocio, etc. Esto te ayudará en tu organización, planificación y limitación.
LAS AMISTADES
Las personas que forman parte de nuestra vida son definitorias. Tener buenas relaciones significa disfrutar de nuestra felicidad, y para ello, debemos basarnos en el respeto, la honestidad y el apoyo. Apoyar y sentirnos apoyados por las personas que queremos nos hace ser más fuertes y exitosos y, por lo tanto, más felices.
LA ALIMENTACIÓN
La adolescencia conlleva muchos cambios, tanto biológicos como hormonales, y, por eso, es vital seguir una alimentación variada y saludable. Cuando somos jóvenes tendemos más a comer fuera de casa, a deshoras, evitamos comidas como el desayuno, y esto hace que comamos peor. No olvides que comer sano es muy beneficioso para la salud en general, te ayudará a prevenir ciertos problemas a largo plazo y facilitarás que este estilo de vida continúe con el tiempo.
EVITA EL SEDENTARISMO
El ejercicio físico es muy importante durante la adolescencia. Lo recomendado es dedicar una hora al día a practicar algún deporte o a realizar actividades en el exterior, así evitarás el sedentarismo y conseguirás otros beneficios tales como:
Beneficios físicos, previniendo la obesidad, favoreciendo una postura correcta, sin dolores de espalda…
Beneficios psicológicos, aumentando la autoestima y disminuyendo los efectos de la ansiedad y la depresión.
Beneficios sociales, ayudando a la socialización, favoreciendo la concentración…
EL USO RESPONSABLE DE INTERNET Y LAS RRSS
Debes encontrar un equilibrio con las NTIC, no dejes que se apoderen de ti. Hay que tener en cuenta que estas son una herramienta y no un fin en sí mismas. Es importante que no cambies las relaciones presenciales por las virtuales, ya que estas no son totales y carecen de realidad.
¡PERSIGUE TUS VALORES Y DEDÍCALE TIEMPO A LAS ACTIVIDADES QUE REALMENTE TE LLENEN!
"Los españoles invertimos más dinero en lotería que en libros, porque creemos más en la suerte que en el esfuerzo para conseguir resultados", decía el experto en talento y liderazgo Fernando Botella en uno de los eventos Educar es todo.
Sin duda, si queremos que nuestros hijos lleguen lejos, alcancen sus propósitos, debemos inculcarles desde pequeños la cultura del esfuerzo.
En esta misma ponencia, Botella subrayaba que un atleta se prepara 4 años para 90 segundos de competición. O que Pablo Picasso llegó a decir que“pintar como los niños me llevó toda la vida”. Son historias que demuestran la importancia del esfuerzo mantenido en el tiempo, la perseverancia, para alcanzar nuestros objetivos y crecer. Fernando Botella considera que es importante “explicar a nuestros hijos que los éxitos vienen después de mucho trabajo, no tras un golpe de suerte”.
Y, desde casa, ¿cómo podemos fomentar la cultura del esfuerzo en nuestros hijos?
1.- Ser ejemplo de esfuerzo. Contarles a nuestros hijos lo que nos han costado algunos de nuestros logros, mostrar que no nos rendimos aunque nos cueste, es buena idea si queremos que nuestros hijos entiendan por qué es importante esforzarse.
2.- No sobreprotegerlos. Si nuestros hijos pueden conseguir algo por sí mismos, aunque les cueste más, es preferible fomentar que lo hagan, porque su satisfacción personal será mayor. No olvidemos que considerarnos capaces es fundamental para tener una buena autoestima.
3.- Hablar sobre el esfuerzo: Historias de deportistas o artistas pueden ayudarnos a entender la importancia del esfuerzo, de trabajar para conseguir un objetivo.
4.- Alabar el esfuerzo y no tanto lo listos o buenos que son: Es muy tentador decir a nuestros hijos que son los más guapos, los más listos, los mejores en todo… Pero así no fomentamos que se esfuercen, sino que tengan miedo a perder ese genial estatus. Si valoramos su esfuerzo, su interés, si hablamos con ellos de lo bien que se sienten cuando se esfuerzan, hayan o no logrado el resultado, estaremos fomentando que aprecien esforzarse.
Estamos ante una sociedad en la que tanto niños, adolescentes (y familias) están mucho tiempo ante las pantallas. Disponen de acceso a redes sociales cada vez a una edad más temprana y esto tiene consecuencias en su desarrollo.
El uso de Internet, smartphones, tablets… es algo generalizado por todo el mundo. Además, hoy en día tenemos la generación Alfa (a partir del 2010) que nació con un «dispositivo en la mano».
Los niños son capaces de utilizar dispositivos móviles con facilidad y aprender muy rápidamente. Les gustan las redes y todo lo que gira a su alrededor sin medir las consecuencias.
Se conocen casos de tragedias que ocurren en niños o niñas por realizar retos en Internet y ganar así más “likes” o seguidores.
Es fundamental que las familias tomen conciencia de que los niños y adolescentes no tienen la madurez suficiente para entender las consecuencias de este tipo de actos.
Da igual la edad (11, 13 o 16 años), ninguno tienen la madurez suficiente para comprender que hay que seguir unas normas de uso en Internet.
Es por eso que resulta tan importante que las familias guíen a sus hijos en todo momento en relación con la utilización de este tipo de dispositivos.